La complicidad es uno de los mas potentes ‘pegamentos’ para seguir vinculados a otra persona. Se basa en la confianza, se construye desde la buena comunicación y el resultado potencia que la persona sea ella misma y la otra parte de la pareja también lo sea, generando un vínculo que suma y que hace crecer a la relación.

Cuando la complicidad se va desgastando, no se ha sabido cuidar, o se ha ido perdiendo con el paso de los años, la relación como tal, queda en ese aspecto en punto muerto, se dejan de compartir cosas porque uno esta desconectado del otro, o ya no lo está en sincronía con la pareja como lo estaba antes.

Muchas veces la pareja tarda en detectar este factor cuando no han habido variables externas que han ido influyendo a la relación a ese nivel, o no logran detectarlos. El caso es diferente cuando ha habido algún problema de pareja que no se ha logrado gestionar o superar, o una de las dos partes ha fallado a la otra resintiéndose todo lo construido hasta el presente.

Es en estos casos cuando la pareja viene a consulta y la psicóloga o el psicólogo ayuda a la pareja a detectar aquello que no saben detectar y que no permite avanzar en su relación, para construirla desde el presente desde un punto de vista positivo, si ese es el deseo de la pareja. La evolución de la terapia de pareja, como siempre dependerá de lo que realmente quiera conseguir la pareja, mas que en realidad lo que manifiesten en terapia, ya que implica un trabajo personal, que en el caso de no ir haciéndolo no permite ver avances y por tanto no da los resultados deseados.

La clave para el éxito en la conquista de la complicidad es la honestidad en la terapia y sobre todo con la pareja.