Técnica de las 3C
Terapia orientada según el modelo de las 3C -Cabeza, Cuerpo, Corazón-
La terapia psicológica que tiene en cuenta la orientación del modelo de las 3C – Cabeza, Cuerpo, Corazón- tiene en cuenta los factores intrínsecos a la propia persona y las variables interculturales, que hacen que la persona choque o no se integre en el lugar que esta en el presente. Este modelo se centra en la Inteligencia Cultural, tan importante en el siglo XX con tanto movimiento migratorio y emigratorio.
Es un método que la psicóloga o el psicólogo seguirá mediante la terapia psicológica cuando tenga a una persona en consulta que haya salido, este saliendo o vaya a salir de su zona segura, como es el caso de quién sale de su país, de su ciudad, de su continente, o incluso de su casa y se encuentra compartiendo piso, partirá de recalibrar estas 3C – Cabeza, cuerpo, Corazón.
Aún cuando las personas hayan desarrollado sólidamente alguna de las 3 áreas, sin un adecuado manejo de los 3 elementos en conjunto, la integración en un nuevo entorno o cultura se verá afectada.
Cabeza – interiorizar las creencias, costumbres y tabúes de otras culturas, no preparará para cada situación que se vive, ni evita equivocarse en sucesivos momentos. Las personas con Inteligencia cultural cognitiva alta, reconocen fácilmente los patrones de otra cultura, elaborando un método de aprendizaje que les permite aprender sobre las diferencias y aplicarlas contextualmente en el presente. Si algo falla en su modo de actuar también lo detectan fácilmente.
Cuerpo – los comportamientos y acciones son vistas como señal de interés positivo de querer entrar en el mundo del que ahora comenzamos a formar parte. Desde como se saludan, la voz, el tono o la respuesta que se da para seguir una conversación, debe haber evidencia de una capacidad para adquirir las costumbres de la nueva cultura. Al interiorizar los hábitos de otras culturas, la persona comprende naturalmente lo que se siente ser uno de ellos. A su vez se genera que las personas autóctonas desarrollen confianza y sean mas cercanas dentro de lo que en su cultura les permite.
Corazón- Entrar en una cultura diferente a la propia lleva implícito superar dificultades y momentos incómodos. La persona puede hacerlo sólo si está motivada y si creen en ella misma. Resultado de ello es la perseverancia que muestra la persona frente a situaciones difíciles donde su confianza crece a medida que pasa por diferentes momentos y circunstancias. Aquella persona que no cree ser capaz de conectar con las personas de culturas diferentes a la propia, se echaran atrás una vez sus esfuerzos se encuentre con resistencia o incomprensión.
Haber viajado durante nuestra infancia y durante las diferentes etapas de nuestra vida ayuda a adquirir gran parte de estas habilidades, con lo que es un buen indicador positivo para que en un futuro, ya de adulta la persona viva fuera de la propia cultura teniendo como base mayor capacidad de adaptación. También hay factores innatos, que tienen que ver con la esencia, o el propio carácter al nacer, que facilitan el interes genuino, desde el pensamiento, el sentimiento y la acción, hacia culturas diferentes a la propias.
Dada la cantidad de asignaciones internacionales, estructuras matriciales regionales, equipos globales y negocios transfronterizos presentes en las empresas de hoy, un bajo nivel de Inteligencia Cultural puede resultar ser una desventaja demasiado costosa.