He aquí la cuestión que planteo :   ¿Te sientes libre, en esos momentos tuyos y solo tuyos?

Es el momento en el que definimos lo que deseamos hacer, con quién queremos estar, hasta donde nos permitimos abandonar al aburrimiento…

Es un espacio en blanco sobre el que ‘dibujar’ lo que deseamos.

Cada día tenemos ‘momentos en blanco’ en que puede apetecernos estar con nosotros mismos, pudiendo hacer cosas, o no; suele pasarnos cuando sentimos la necesidad de regenerar nuestra energía o conectar con nosotros mismos, es una manera de que te sientas libre.

En el otro extremo está cuando precisamos de actividad, de socializarnos y por tanto cuando deseamos compartir nuestra vitalidad con los demás.

Dependerá de la personalidad de cada uno ya que habrá quien propondrá a su entorno cosas que hacer sin miedo al ‘no’, y quién preferirá esperar a que sean los otros quienes propongan.

Es importante haber probado cosas, saber que es lo que te gusta, pero también lo que no quieres hacer bajo ningún concepto, los hobbies se cultivan así, probando.

El problema es cuando uno deja de jugar, cuando se pierden las ganas de ‘probar’, los miedos se encargan de ello.

‘Tener tiempo libre no implica sentirse libre’

Lo mas importante es tener claro que te apetece hacer hoy, con que te quieres dejar sorprender y no dejar que ello dependa directamente de algo o de alguien; para ello  hay que partir de un punto de vista realista, ver tus posibilidades a la hora de proponerte hacer algo y no permitir que tu cabeza boicotee tus planes.

Si esta capacidad se diluye o se pierde,  se puede llegar al punto de no hacer, de abandonarse y por tanto de no crecer a nivel vital, al carecer de experiencias nuevas;  en casos extremos se puede llegar a la desilusión, a la apatía, e incluso al deterioro cognitivo  – o deterioro del aprendizaje -.

El tiempo libre genera nuevos vínculos y refuerza los ya existentes

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Escogemos con quién compartirlo, del mismo modo que ‘el otro’ decide elegirnos con el mismo fin.

Las experiencias que compartimos, ya sea una excursión a la montaña, una visita al museo, una salida al cine cercano, una cena o una noche de copas, o incluso compartir la lectura de un libro o jugar al ajedrez,nos proporcionan a tiempo real una vivencia que enriquece nuestro aquí y ahora, y a largo plazo abre temas de conversación a los que referirnos, que generarán cohesión y complicidad.

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En que ocupar nuestro tiempo libre, es una de las cuestiones en la que solemos poner nuestra total atención en -ÉPOCA VACACIONAL-

¿Por qué?

Tenemos muchos días seguidos para compartir con la pareja, família y/o amigos, por tanto, es el momento en el que uno ha de elegir que hacer con tantos amaneceres por delante, intentando a su vez no generar conflictos; para ello se tendrán presentes los planes propios y los de nuestro/s compañero/s de aventuras poniéndonos deacuerdo en que hacer  juntos, que hacer cada uno por su lado y que dejar para otro momento mejor.

Será muy importante tener en cuenta los ‘biorritmos’ que pueden ser más o menos compatibles – hay quién es más tranquilo y quién por el contrario no puede parar de hacer  y organizar cosas, y es algo que durante el tiempo libre no suele cambiar;  en caso de ritmos vitales dispares, hay que tenerlo presente para poder hablar las cosas antes de que se generen problemas y así llegar a un punto en común más o menos intermedio, sino será un probable motivo de conflicto. También será muy importante  ‘Organizarse’, es decir, generar un planning de actividades para hacer en común y que a su vez dé cabida a espacios de ‘ tiempo libre real’. Así conseguiremos que haya equilibrio.

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Tenemos tanta dificultad en ‘ser libres en nuestro tiempo libre’, a parte de por los fenómenos internos que cada uno tenemos, porque vivimos en una sociedad ideada para que  tengamos que trabajar más horas a medida que deseamos conseguir mayor numero de bienes; la consecuencia lógica es que dejamos por el camino nuestra hora de juego  -o tiempo libre-  en la medida que emprendemos la senda de lo material.  Por ese motivo cuando nos concedemos ‘el privilegio’ de preservar un tiempo para nosotros mismos, no sabemos que hacer con este,  ya que parte de nuestra habilidad para disfrutar del tiempo libre se ha diluido y ante ‘el vacio’ penas sabremos disfrutar de aquello tan deseadamente comprado.

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¡ EL tiempo no puede recuperarse, pero la actitud hacia el devenir del tiempo nunca es tarde para reconquistarla !

¿Cuanto hace de la última vez que jugaste una partida de ajedrez?

 

Sheila Estévez Psicóloga

Sheila Estévez Vallejo

Psicóloga Col. 16413, Miembro del COPC desde 2006

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