Cuando hablamos de madurez de la relación de pareja, hacemos referencia a factores positivos que han permitido crecer a la pareja  y negativos o que han dificultado el correcto reajuste de la pareja a raíz del paso de los años.

La madurez en una pareja se ve en varios factores basándonos en el crecimiento de la pareja, como son: la confianza, la comunicación, la compresión, los límites bien marcados para preservar el espacio propio y el espacio que es de pareja, y simplificando mucho ‘coger el punto’ a la pareja, o conocerla de tal manera que haya una buena complicidad.

Durante el paso de los años la pareja adquiere un código propio, por medio de experiencias y vivencias compartidas, que cogen como base, la manera de ser de cada uno de los componentes de la pareja.

Cuando la madurez en la pareja lleva al desencanto se trabajan los factores que han hecho que la pareja llegue a tener este sentimiento y se potencian los factores que hacen que ambas personas sigan juntas en el presente. Uno de los factores que suele resentirse con el paso de los años ya sea por motivos físicos o psíquicos, es el sexo.

Cuando la madurez de la pareja lleva a una sincronía, y son los cambios vitales los que interfieren en la dinámica de la relación, es ahí desde donde se trabajan ese o esos agravantes durante la terapia de pareja.

En consulta la psicologa o el psicólogo según sea el tema a tratar, trabajará en formato de terapia de pareja o en terapia individual, factor que se valorará durante la primera visita, existiendo la posibilidad de intercalar ambos formatos de terapia.