Igual que indiqué en el apartado de separación, en la pérdida de la pareja hemos de asumir que se genera un daño emocional en las dos partes del núcleo que formaba hasta el momento la pareja, siendo mayor este dolor dependiendo de la personalidad propia y de las causas por las que se haya roto la relación.

La persona que está en pleno divorcio o acaba de divorciarse vive una perdida a partir de la cual vendrá el duelo vinculado a esa perdida, ya sea algo deseado o no deseado.

Lo que hace mas complicado de gestionar un divorcio que una separación es que generalmente al tener que romper legalmente, es decir entran en juego abogados, papeles, en caso de tener hijos, custodias, que hacen que aun sea mas traumática la perdida de la relación de pareja que se tenia hasta el momento.  Es en este momento donde poco a poco se va elaborando la crisis personal mediante el duelo pertinente, y es donde la persona que se pone en manos de una psicóloga o un psicólogo, consigue paulatinamente mediante las herramientas aprendidas a sobreponerse y fortalecerse ante la situación vivida.

Lo habitual es que haya una persona que inicie la ruptura por sentirse insatisfecha y que a su vez empiece a buscar el apoyo de sus amistades para acabar de decidir que hacer, o incluso hacer terapia individual para encontrarse consigo mismo y ver hasta que punto es un tema personal, o es algo que esta en la relación de pareja y ya no tiene solución.

La terapia psicológica guiada por la psicóloga o el psicólogo, en este caso estaría enfocada a un proceso individual, donde para poder valorar totalmente el daño emocional padecido por el divorcio se tendrá en cuenta toda la casuística, es decir, cuales han sido las causas y en que términos, quién ha tomado la decisión final y como ha sido la progresión de la relación de pareja hasta el momento de divorcio. El fin será dependiendo de lo que precise la persona, acompañar y guiar a la persona en el momento de crisis que está viviendo, o simplemente aportar herramientas para que la persona pueda organizar desde cero su nueva vida en el presente, de modo resiliente  y positivo.